Técnicas de rehabilitación: Métodos para ayudar a los pacientes a recuperar la fuerza, movilidad y funcionalidad después de lesiones o cirugías.

Evaluación y diagnóstico clínico: Cómo realizar evaluaciones físicas exhaustivas para identificar problemas musculoesqueléticos, neurológicos o de otra índole que afectan la movilidad y la calidad de vida.

Terapia manual: Aprendizaje de técnicas como movilizaciones y manipulaciones articulares, así como masaje terapéutico para mejorar el movimiento y aliviar el dolor.

Uso de equipos y tecnología en fisioterapia: Formación en el manejo de equipos tecnológicos como ultrasonido terapéutico, electroterapia y terapia con láser para optimizar los tratamientos.

Planes de ejercicios terapéuticos personalizados: Desarrollo de programas de ejercicio adaptados a las necesidades específicas de cada paciente para facilitar su rehabilitación y prevenir futuras lesiones.